El lugar de los sueños
Había una vez, un lugar muy lejano llamado Prosperidad. En donde la magia era cierta y las hadas danzaban en las mañanas. Era un bello lugar, con frondosos árboles y aguas cristalinas. En donde la contaminación no existía. Y los seres humanos mágicos, convivían con los animales, de forma pacifica. Sus habitantes, se llamaban soñadores, porque eran los encargados de crear los sueños en los seres no mágicos. Así, los soñadores trabajaban arduamente, día a día. De sol a luna.
Un día, los soñadores al despertar, vieron a Prosperidad, invadida por una densa niebla, oscura, que teñía con su negro color y horrible olor, a todo el lugar. Sin saber que hacer, los soñadores, comenzaron a llorar y a chocar, pues no lograban ver quien estaba cerca de ellos. Toda su vida, había cambiado, su trabajo de millones de años, se había acabado.
De repente, apareció una gran luz, que encandilaba los ojos y les devolvía la visión. Era la Esperanza. Quien les contó que en la tierra de los no mágicos, habían dejado de soñar. Olvidándose los unos de los otros, peliando entre ellos, preocupándose de comprar cosas y haciéndose amigos del: egoísmo, de la envidia, del consumismo y del desamor.
Los soñadores muy tristes y apenados, escucharon atentamente. Hicieron una reunión extraordinaria y acordaron ir juntos al lugar de los no mágicos.
Unieron fuerzas y lucharon contra la nube negra y la falta de sueños. Crearon un conjuro colectivo y lanzaron un rayo de bellos colores, haciendo despertar y volver a soñar a los no mágicos.
Finalmente, ambos mundos, volvieron a convivir y cada quien hizo su trabajo de soñar y crear. Todo ello gracias a la esperanza.
Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
FIN
Por: Jennifer Brito