La terminología para referirse a las personas que evidencian limitaciones significativas en su capacidad intelectual y en conducta adaptativa, ha evolucionado a lo largo del tiempo. Han sido muchos los conceptos, con tintes compasivos y peyorativos. Hoy la tendencia mundial es reconocer la condición de las personas con capacidades diferentes en el ámbito cognitivo, asumiendo sus características particulares, desde el paradigma de los derechos y deberes, por lo que prima la palabra universal PERSONA, en conjunto con el apellido discapacidad intelectual.
Tal como lo menciona Miguel Ángel Verdugo " en corazón que no ve, ojos que no sienten" y Luckansson y Colls, tener discapacidad intelectual, no es como tener ojos azules o color de pelo diferentes. Más bien, la calidad de vida de las personas con discapacidad intelectual desde su concepción hasta la muerte, puede verse mejorada o empeorada, de acuerdo a los contextos, comunidades, entornos y personas significativas de sus vidas. Si calidad de vida es un concepto multidimensional implica que cada uno de nosotros puede aportar.
En síntesis, una persona que presente discapacidad intelectual, debería:
poseer limitaciones significativas en su capacidad intelectual, no solo relacionada a las puntuaciones estándares que establezca un test psicométrico ( que hoy consideran bajo 2 puntuaciones), sino referido a las capacidades y habilidades: prácticas, conceptuales y sociales.
- Limitaciones significativas en conducta adaptativa, es decir, debilidades en como logra su " adaptación" a la vida cotidiana.
- Las personas que presentan discapacidad intelectual son detectadas antes de los 18 años, generalmente en la tercera infancia y en los primeros años escolares, los docentes primarios realizan las derivaciones por las dificultades para " aprender" de los niños y niñas.
Por Jennifer Brito
Postitulo en deficiencia mental e integración escolar, Universidad Católica de Temuco.
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